Táctica
El fútbol es un deporte colectivo y como en la mayoría de ellos, todos los elementos (balón, jugadores, terreno de juego, etc...) y las relaciones entre los jugadores (de cooperación y de oposición) van cambiando una y otra vez a medida que transcurre el juego. Así, el componente táctico adquiere una gran importancia en el fútbol, ya que, si pretendemos que el juego sea realmente efectivo es esencial la elección de la posibilidad más idónea de entre las que tengamos disponibles en una situación o momento dados.
La táctica consiste en la elección de la ejecución motriz más adecuada en cada situación de un partido contra oponentes directos . Ante cualquier situación de juego, primeramente vemos qué sucede, a continuación examinamos esa situación y, por último, decidimos de entre las posibilidades que tenemos la más adecuada. De esto depende la efectividad o rendimiento del juego, que reside en elegir la más idónea de cuantas posibilidades de respuesta se nos presentan. Esas respuestas o actitudes son las variables en el entrenamiento táctico y serán diferentes si el jugador está atacando o defendiendo.
El entrenamiento táctico incluye la familiarización de los jugadores con los sistemas, los métodos y las técnicas que el equipo empleará para cumplir con sus objetivos ofensivos y defensivos.
Saber cómo y cuándo atacar o defender en una situación dada de un partido requiere inteligencia táctica, la cual a veces viene determinada por la creatividad y la visión individual del jugador. La asimilación de los conceptos tácticos sigue los mismos principios que la adquisición de habilidades. Depende de múltiples repeticiones basadas en un modelo de juego.
Hay que tener en cuenta que el éxito táctico es imposible sin un entrenamiento físico específico y el control de las habilidades técnicas necesarias.